El fin inicia... luego de muchos meses de espera, la primera parte de la séptima entrega de Harry Potter llegó a la cartelera de Lima, y como un pre-estreno no se puede pasar por alto, fuimos como Dios manda. Evelyn cumplió su sueño de hacer cosplay de Tonks, yo fui de muggle porque ese día me sentía enferma, pero nada me impediría asistir. Preparé mi escoba y sarpé camino a la casa de Eve. Breve photoshoot en su casa, cosa graciosa porque nos tomamos con la webcam de la laptop, haciendo malabares con ella para que saliesen nuestras caras. Ni bien llegamos al cine planeado, nos dispusimos a hacer cola. Cerca de dos horas esperando, pero valió la pena: logramos conseguir unos buenos sitios al ser de los primeros en la fila. La expectativa era grande entre toda la gente. Muchos contuvieron el aliento cuando apareció e el logo de la Warners en pantalla.
Lágrimas derramadas, risas sinceras y hasta silbidos se hicieron escuchar en toda la sala. Pese a la mala actitud de algunos, que se pasaron gran parte del filme cuchicheando o haciendo comentarios fuera de lugar, pude disfrutar de la película, aunque terminé con una gran pena cuando fue cortada. No deseo ahondar en los detalles, pues prefiero que la vean ya que, a diferencia de las otras, siguió en gran parte el contenido de los libros. Ahora solo queda esperar hasta julio del próximo año para ver la segunda y última parte...
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