No compres uno de raza. Adopta uno sin casa.

Decidí empezar el post de hoy con el lema animalista de este año. Lo que pasa es que hoy encontré a un gatito en la puerta de mi casa, de unos 4 meses aprox. Al parecer sus dueños ya no lo querían, y pues lo más fácil, meterlo en un bolsa y tirarlo por cualquier lado. Es que hay gente que cree que los animales que son objetos que uno puede deshacerse sin siquiera pensar en lo que sufrirá la criatura al abandonarlo. Suerte que el gatito pudo sobrevivir y escaparse de la bolsa, y cuidarse de todos los peligros de la calle.

La cosa es que lo recogí, le di de comer y resultó ser bien dócil. No tengo experiencia en gatos, así que recurrí a mi mejor amiga quien ha convivido toda su vida con ellos: Evelyn. Entonces ya desparacitado y luego de haber sido chequeado por un ojo más experto, me ocupé de difundir su caso. Como hace unas tres horas, recibí un mail de un chico que estaba interesado en el minimo. Al parecer lo quiere para su gata. Yo espero que se anime y se lo pueda quedar. Si no, igual otra amiga mía se ofreció para darle temporal por una semana. Es una suerte que sea macho, porque ellos tienen más oportunidad de ser adoptados que las hembras. La razón: las gatas entran en celo cada cierto tiempo. Yo encuentro este porqué algo estúpido, porque uno las puede esterilizar y ya, adiós reprodución. Comprendo que algunos digan que como esperas que gaste 20, 40 soles en un gato. Pero eso ya es tu responsabilidad, si es que tienes una mascotas, debes avalar por todo lo que esta necesite.

De todas maneras, los animalistas debemos ocuparnos de todos estos detalles, así que mayormente entregamos a las hembras esterilizadas o con compromiso de esterilización. Y personalmente creo que la solución para evitar todos esos casos de abandonos de animales, más que leyes y normas, es la esterilización. Ya que aunque suene escalofriante, 9 de 10 crías que nacen nunca encontrarán hogar. Por eso también se realizan campañas de esterilización en los barrios más humildes del país, ofreciendo esta cirugía a un módico precio o incluso gratuitamente cada cierto tiempo.

Y pues lo siento, por la entrada algo gruñona, solo es que me sentí con el humor de hablar acerca de la labor social que me da más felicidad en mi vida. Siento que cuando ayuda, a tan siquiera un animalito, puedo cambiar lo que muchos otros no pueden. No lo veo como un afán egocentrista ni nada. Pero es que es en serio. Mucha gente ve a animales en la calle y piensa, pobrecito. Pero todo se queda en palabras. Yo solía ser uno de ellos, pero hace un buen tiempo, decidí que eso debía cambiar y fue así que me empecé a involucrar más con los albergue, asociaciones, animalistas de mi país. Las redes sociales me han ayudado bastante, y también a ellos. Pues es a través de estas que les conseguimos hogar a estos angelitos. Ya ven, las redes sociales no son solo para un propósito vanal, también pueden ser de gran ayuda :)

Oh, y enfocandome más en el lema expuesto anteriormente. Hace unas semanas, escuché a una compañera que se quejaba porque no podía comprar al perrito de $600 que tanto quería. Eso me deprimió, porque hay mucha gente allá afuera que piensa igual, incluso yo hace unos 5 años pensaba igual. Yo quería un schnauzer cuando tenía 10,12. Y cuando fuimos a una veterinaria en un barrio ficho, donde los vendían, mi padre se sorprendió por el precio: $200. Él ni loco pagaba tanto por un perro, además que mi madre tampoco aceptaba la idea de tener uno en mi casa por motivos de higiene. Así que ese día regresé a casa renegando de no poseer el dinero suficiente para comprar el perro de mis sueños. Ahora yo me río de mi pensamiento egoísta de ese entonces, sabiendo que hay tanto perritos en busca de hogar, pero que simplemente no consiguen uno porque no son de raza. Irónico, ¿no? Pero bueno, intento informar a mis amistades de que sí, de que acá en Perú hay albergues en los que puedes adoptar a un fiel amigo sin ningún costo. Incluso te dan con sus vacunas al día, su antipulgas, castrado, bañado y con comida incluida. Yo creo que la difusión es nuestra mejor herramienta en esta batalla de nunca acabar.

Y pues, creo que eso era básicamente lo que quería escribir hoy. Y no me vayan a malentender, no odio o detesto a los perritos de raza o de veterinarias lujosas. Simplemente creo que un perrito criollo o chusquito también puede ser un gran compañero para toda nuestra vida.